Rose-Marie

La vocación a la santidad es universal. Algunos son sordos a este llamado, mientras que otros, desde muy jóvenes, son capaces de usar poderosas antenas para capturar el inexpresable suspiro del Espíritu Santo, el Dios del amor.
La historia de la Iglesia abunda en relatos de la vida de niños que se han convertido en modelos de santidad. Este libro nos presenta uno de ellos: el de la pequeña Rose-Marie, hija de Evelyne y Fernand Cros, padres de una familia de seis hijos.
Nacida el 4 de febrero de 1985 en Montpellier y marchada al cielo el 23 de febrero de 1989 a la edad de cuatro años, Rose-Marie alcanzó la cima de la santidad al final de un Vía Crucis durante el cual siguió a Jesús consciente, deliberadamente, con amor. Alma reparadora, víctima expiatoria.
La herencia espiritual que nos transmite se cristaliza en una sencilla y pequeña oración que nos enseña para las circunstancias en las que el abandono es necesario: "Por favor... ¡Gracias!"
Ahora pertenece al Cielo, mientras continúa su acción en la tierra después de haber añadido su parte "a lo que falta en la pasión de Cristo".
Alain Surdez