¿Quién en este mundo no quiere ser feliz? Es el deseo, la vocación de todo hombre de encontrar la felicidad. ¿Pero qué felicidad? ¡La felicidad que uno concibe en su mente o la felicidad que Dios quiere para el hombre o la mujer que soy! En efecto, el hombre quiere ser feliz según sus deseos, sus caprichos, según los bienes que codicia o los proyectos a realizar o según los placeres que busca, pero nunca según la realización profunda de su ser y su perfección en el amor.
La felicidad no está en lo que recibo de los hombres, en lo que poseo, en lo que vivo egoístamente, en lo que idealizo, porque todo esto es efímero; está en lo que soy y en lo que me convierto con el tiempo mediante la adquisición de la sabiduría en la plenitud del amor gratuito.
La felicidad se manifiesta cuando empiezo a amar a Dios y al hombre no como quiero sino como debo. Entonces entiendo que la felicidad está en mi corazón.
Bendito sea el que tiene una mente lo suficientemente humilde para darse cuenta y un corazón lo suficientemente grande para vivirlo diariamente. Ese ser será feliz para siempre porque habrá comprendido que la verdadera felicidad viene de Dios y vuelve a Él.
- Ancho
- 11,5 cm
- Peso
- 90 gr
- SH
- 49019900
- Altura
- 16,5 cm